En primer lugar dar la enhorabuena por la elaboración de la GUÍA DE CONSEJOS: POR QUÉ LA SEGURIDAD VIAL EMPIEZA POR UNA BUENA VISIÓN.

      Es curioso comprobar como se realizan “macroestudios” en el ámbito de la seguridad vial y más en concreto de “visión y conducción” donde participan instituciones o empresas como Essilor de calidad contrastada en la industria de aparatos para la exploración de la visión, fundaciones como FESVIAL o institutos universitarios como INTRAS de enorme valor docente e investigador. Ahora bien, para nada se nombra ni se cuenta con expertos en evaluación de conductores, médicos de los Centros de Reconocimiento de Conductores (CRC). Es decir, ¿entenderíamos un “macroestudio” de cardiopatía isquémica sin la participación de cardiólogos?

      Quizá en otros ámbitos de la investigación sanitaria un nivel de evidencia científica como es el “sentido común científico”, sea considerado como inaceptable. Ahora bien, en el caso de la seguridad vial y más concreto de la medicina de tráfico, es el que nos permite establecer criterios preventivos de confianza, siendo muy complicado acceder a un nivel mayor de evidencia. Todo ello debido a la multifactorialidad del propio accidente y a propia epidemiología del mismo. Por eso, entiendo que contar con el criterio y el “sentido común científico” de quien evalúa las capacidades del conductor es fundamental en cualquier estudio que pretenda alcanzar un nivel de calidad.
Me llama la atención que se hable de “ver con nitidez”. ¿Qué significado tiene en conducción? Es como si dijéramos que 8 millones de españoles son altos (¿Qué significa ser alto?). Para entenderlo y valorarlo tendríamos que saber que se entiende por alto, donde establecemos el punto de corte para ser alto.
Bien, en el caso de los 8 millones de conductores que “no ven con nitidez” interesa saber el riesgo que implica. En seguridad vial es fundamental hablar en términos de riesgo, de exposición al riesgo y de riesgo aceptado. Pues bien, en agudeza visual, según los grupos de expertos de la UE, por ejemplo, entienden que con una agudeza visual de 0,5 en visión binocular el riesgo de accidente no presenta diferencias respecto a la agudeza visual de la unidad. Por tanto, 0,5 es un punto de corte, que podrá ser discutido, pero medible. Por el contrario, el concepto “visión nítida” es bastante abstracto para poder afirmar que entraña un riesgo vial. Afirmar, como lo hace esta guía que con una agudeza visual de 0,5 hay riesgo de accidente, sería decir que la norma prescrita en el RGC (Anexo IV) y que es una trasposición de la Directiva Europea (Grupo de expertos en visión y conducción) expone a los conductores a un riesgo vial evidente. Cuando lo que dice el grupo de expertos de la UE es que no hay evidencia de que una agudeza de 0,5 genere un riesgo que agudezas visuales superiores a 0,5.

      Al afirmar que 1 conductor de cada 5 no ve bien la carretera por una visión mal corregida, ¿Qué significa? ¿Qué tiene un alto riesgo de sufrir un accidente o simplemente que podrían ver mejor, pero no implica más riesgo?. Además, al decir “mal corregida” se entiende que está corregida (gafas o lentes de contacto) pero no es la corrección adecuada. ¿significa que el oftalmólogo u óptico que ha prescrito la corrección no lo hizo de manera correcta?
En fin, no quiero discutir ni polemizar ya que cualquier intervención dirigida a prevenir accidentes de tráfico debe ser recibida como un esfuerzo en beneficio de toda la sociedad. Ahora bien, cuando se trata un problema de salud pública como las lesiones de tráfico, no contar con la colaboración del principal agente evaluador y emisor del consejo sanitario vial, es obviar la opinión y experiencia de aquellos que evalúan a todos los conductores y por tanto quienes disponen de una mayor información en cuanto a su estado de salud.

     Por otra parte, la sanidad española debería hacer un análisis de los resultados de este “macroestudio” pues decir que 8 millones de conductores (ciudadanos) ven sin nitidez, dice muy poco de los servicios de oftalmología de la sanidad española, ya que serían los responsables de no haber corregido adecuadamente el defecto visual de sus pacientes. Sí por el contrario, es consecuencia de una mala educación oftalmológica de la población, habrá que pegar un tirón de orejas a las áreas de salud pública (educación y promoción de la salud) por la dejadez en este campo de prevención.
Para terminar, recordaré algo que le escuche a un enorme periodista experto en seguridad vial, Vicente Herranz, quien decía que de futbol todos sabemos, sabemos cual es el equipo ideal, si fue penalti, si se equivoca el árbitro, el entrenador o el jugador; pues de tráfico, lo mismo, todos sabemos quien puedo o no conducir, quien hace una maniobra de riesgo, a que velocidad se debe conducir… Y eso nos lleva a la creencia generalizada que dice “yo sabré cuando tendré que dejar de conducir”, que es el mismo pensamiento de “yo sé si puedo leer el móvil conduciendo”, es decir, un desconocimiento del riesgo vial propio, pero si que somos conscientes del riesgo vial de los otros conductores.

Por todo ello, no dudes en consultar con un experto en medicina y psicología de tráfico cualquier duda que pueda surgir en relación a tu estado de salud en relación a la conducción. Ese experto estará a tu disposición en un Centro de Reconocimiento de Conductores (CRC).